Sin viajes ni horarios: a estudiar desde la compu

Aunque tiene pocos años, la educación virtual crece en el país.

Estudiantes universitarios, amas de casa, funcionarios públicos, chicos que buscan apoyo escolar o empleados bancarios. Todos ellos ahora tienen algo en común: la posibilidad de capacitarse mediante uno de los tantos cursos o carreras que se dictan en forma online, sin fronteras geográficas ni horarias. A través del llamado e-learning, un paraguas que abarca al universo variopinto de la educación virtual.

Las metodologías a las que recurre el e-learning son diversas y se adaptan a las características de cada curso. Se puede encontrar desde autoasistidos (en los cuales una vez que el alumno resuelve el ejercicio pasa al nivel siguiente) hasta programas que cuentan con tutores o profesores. Esta variedad obedece a lo reciente que es este campo, que todavía está en construcción. "En el futuro sabremos si habrá diversidad o se unificarán los modelos", dice Federico Gobato, investigador de la Universidad Virtual de Quilmes.

El e-learning es requerido típicamente por grandes industrias como bancos, telefónicas y petroleras. Por lo general, empresas con distribución geográfica amplia y gran número de empleados. Las capacitaciones suelen ser cortas y orientadas a objetivos de negocios.

Aunque está creciendo día a día, la penetración del e-learning en las empresas argentinas todavía es bajo, en relación a otros países. "Aquí no son más de 200 mil las personas que tuvieron algún contacto con el e-learning", dice Marcos Fontela, uno de los fundadores de Tecnonexo.

Y también está llegando al Estado. Por ejemplo, con el Programa de Capacitación Electrónica (PROCAE) de la Secretaría de Gestión Pública, que ya ha capacitado a 6500 funcionarios.

Para toda la familia. Más allá del mundo empresario, el e-learning es una oportunidad para toda la familia. Y cada vez hay más proyectos que avanzan en esa dirección. Por ejemplo, Liris -plataforma de educación virtual de Grupo Clarín- ofrece un programa de cursos que incluyen desde cómo hacer una presentación empresaria hasta secretos de la cocina regional. Los cursos duran de una a 30 horas, dependiendo de la complejidad o variedad del tema.

"Queremos que cada uno de los integrantes del hogar pueda encontrar algo de su interés y que les pueda ser de utilidad para su desarrollo personal e inclusive profesional" dice Martín Frejenal, referente de Liris.